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ejemplo de cómo el traslado forzado dispara
solastalgia y sensación de “no-lugar” (Kolocek,
2025). En cambio, en América Lana el foco es más
comunitario y territorial: se mira la pérdida del
paisaje junto con la desigualdad, los conictos por
agua y la historia del lugar, lo que ayuda a entender
por qué el dolor se vive como algo compardo y no
solo clínico (Uribe et al. 2024).
También vemos diferencias en cómo se nombran y
se enfrentan estas emociones. En el Árco, por
ejemplo, el problema aparece ligado a la
connuidad cultural y a la imposibilidad de sostener
práccas tradicionales ante el cambio del clima, algo
que debilita idendades y redes de apoyo (Markkula
et al. 2024). En Zimbabue, el estrés viene por la
combinación de minería y crisis climáca: la gente
teme por el agua, el trabajo y el futuro de sus hijos,
y eso se reeja en indicadores de angusa y
ansiedad (Nyakuwanika y Panicker, 2025). Esta
variación de contextos sugiere que no basta con
medir “síntomas”; hay que leer las condiciones
sociales que los alimentan (Benham et al. 2024).
Sobre métodos e instrumentos, la literatura avanza,
pero aún hay vacíos. La Brief Solastalgia Scale aporta
una vía rápida para captar el malestar asociado a la
transformación del hogar en poblaciones
lanoamericanas, lo cual es úl para comparar y
hacer seguimiento (Agudelo et al. 2025). A la vez,
marcos como el modelo de doble proceso ayudan a
ordenar el afrontamiento: hay momentos de
contacto con la pérdida y otros de acción
restaurava; las personas van y vienen entre ambos
(Pihkala, 2025). Aun así, faltan estudios
longitudinales y combinaciones mixtas que unan
escalas breves con relatos y observación
parcipante (Rafa, 2024).
Otra idea que se repite es la del reconocimiento
social del dolor. Si el duelo no se nombra, queda en
el plano ínmo y se vuelve más pesado. La evidencia
sugiere que el silencio instucional agrava la
sensación de injuscia y de abandono,
especialmente en territorios extracvos donde la
parcipación comunitaria llega tarde o no llega
(Varu, 2023). Por eso, varios autores piden ampliar
la noción de salud mental para incluir el vínculo con
el lugar y la memoria colecva, no solo el estrés o la
ansiedad medidos de forma individual.
Entonces, ¿qué hacer con todo esto? Primero,
polícas ambientales con enfoque psicosocial:
evaluar impactos no solo biosicos, también
emocionales y culturales, con indicadores claros y
seguimiento en el empo (Benham et al. 2024).
Segundo, programas locales de salud mental
comunitaria que combinen apoyo psicosocial,
espacios de memoria y acvidades de restauración
ecológica, porque reparar el entorno también ayuda
a reparar el ánimo (Pihkala, 2025). Tercero,
educación ambiental que fortalezca el sendo de
lugar y las práccas de cuidado, sobre todo en
jóvenes y escuelas cercanas a operaciones mineras
(Markkula et al. 2024). Y cuarto, parcipación
temprana de las comunidades en decisiones sobre
agua, relocalización y cierre de minas, para reducir
el daño antes de que sea irreversible (Uribe et
al.2024).
5. Conclusiones
El duelo ecológico se ha converdo en una forma de
expresar el dolor colecvo frente a la pérdida del
entorno natural, sobre todo en comunidades que
viven cerca de zonas mineras. No se trata solo de un
problema ambiental, sino también social y
emocional. Las personas sienten tristeza, ansiedad o
desarraigo al ver cómo su territorio cambia o
desaparece. Estas reacciones muestran que la
relación entre la gente y la naturaleza va más allá de
lo material, porque implica idendad, memoria y
sendo de pertenencia.
Los estudios revisados demuestran que este po de
duelo sigue siendo poco reconocido, aunque ene
consecuencias reales en la salud mental y en la
cohesión comunitaria. Reconocerlo ayudaría a
diseñar polícas que incluyan el bienestar
psicológico dentro de la gesón ambiental. Además,
hace falta más invesgación que relacione la
minería, el cambio climáco y las emociones
humanas. Comprender el duelo ecológico puede ser
un primer paso para construir un desarrollo más
justo y sostenible, donde las decisiones sobre el
territorio consideren también el impacto emocional
que dejan en las personas.